La edad y el karate
La edad y el karate

La edad y el karate

El profesor o maestro indicará la intensidad del esfuerzo, los descansos y la duración del trabajo. Los mayores de cuarenta años deben  descender los esfuerzos elevados para prolongar su vida y su vida activa como Karateka. Yo tengo más de esos y sigo practicando con una elevada intensidad, pero no todo el mundo es igual ni pensamos lo mismo.

Cuando hablo de estos temas, suelo explicarlo con el ejemplo de los coches. Un coche tiene una caja de cambios con varias velocidades: la primera, tiene mucha fuerza pero poca velocidad, es la época donde los estudiantes aplican grandes esfuerzos; la segunda, tiene menos fuerza pero más velocidad, es la época de los Kyus, el alumno comienza a aplicar las enseñanzas del profesor; la tercera, tiene menos fuerza pero más velocidad, es la época del cinto marrón y primer Dan, se esfuerzan, van conociendo su cuerpo y van confirmando las enseñanzas recibidas de su profesor; la cuarta, tiene menos fuerza pero más velocidad, es el cinturón negro con Dan avanzado, aplica la fuerza precisa y busca la mayor velocidad, es rápido, poderoso, efectivo y se agota menos, dado el control que tiene sobre su cuerpo y, según el caso, busca dentro de sí mismo y experimenta lo aprendido e investiga. Sabe que aumentando la velocidad aumenta el Kimé. La quinta velocidad es para los genios, donde con un mínimo gasto físico obtiene un gran efecto; la fuerza es mínima, pero la velocidad superior.

Según explica el Maestro Kenei Mabuni: “usando la propia fuerza sin llegar a fatigarse y con un estado mental adecuado se obtendrá así, no sólo una fuerza física ideal, sino que también se adquirirá una defensa efectiva”. Continúa diciendo “un excesivo estudio de estas técnicas (entrenamientos) pueden llevar, por falta de moderación, de acuerdo con la edad o situación de cada uno, a causar daño en su propia salud, no consiguiendo así el verdadero objetivo del Kárate-do”.

Algunas veces me refiero a esta “Quinta Velocidad” como a la etapa del Genio o del Budoka en estado de Conciencia Superior, donde surge el Kí a través de sí mismo, o mantiene un nivel de atención relajada o conciencia continuada durante la ejecución técnica sea Kihon, Kumite, Kata o Zazen, muy elevado.

 

NOTA:

También me refiero a las marchas del automóvil en relación a las edades; la primera, es todo explosividad, gasto energético abundante, porque se dispone en abundancia. Son las épocas infantiles, juveniles. La segunda, también tiene grandes dosis de fuerza, pero se va aprendiendo a sacar partido de ella, ya no es la fuerza bruta o el quemar el exceso de energía; es la época del joven y adulto. La tercera, es la época del equilibrio entre lo que uno dispone y del gasto que debe hacer, uno sabe dosificarse; es la edad adulta y madura. En la cuarta marcha, se sabe sacar el máximo rendimiento de la fuerza que se dispone. En la quinta, se aplica la fuerza que queda en el momento justo.

Esto nos enseña muchísimas cosas, entre ellas, que si mantenemos la primera velocidad durante mucho tiempo, lo que conseguiremos no es llegar más lejos ni más pronto, como saben los conductores, sino más bien averiar el coche, es decir, de causar lesiones. Pero la segunda marcha, aunque lleguemos más lejos que la primera sin averías, terminará causando rotura de alguna pieza, es decir, lesión. La tercera, llegaremos mucho más lejos, bastante más, pero al máximo de revoluciones, como en el caso anterior, sin cambiar, provocaremos una avería, tardará más, pero aparecerá. La cuarta, aquí ya no hay problemas, la avería es difícil que aparezca. La quinta es la culminación del Arte, el auto viaja a toda velocidad, las revoluciones son menores, se avanza muchísimo sin el esfuerzo primero. El rendimiento es total. Todos debemos procurar llegar a la quinta marcha como ideal, aunque no lo consigamos, y ayudar a los demás, a nuestros compañeros, amigos o camaradas a conseguirlo, no poner zancadillas a quien tiene posibilidades. En esto hay que ser humildes; además, es un orgullo para todos los Karatekas, para sus compañeros y profesor, haber ayudado y enseñado a un genio y, por supuesto, se puede aprender mucho de él.

Para las personas adultas que comienzan el Kárate……………