Absentismo I
Absentismo I

Absentismo I

 

Por Juan Antonio Quirós Martínez

ABSENTISMO I

¿Cuestiones climatológicas? ¿Cuestiones de estudio? ¿Cuestiones económicas?

 

Tras de mí, tengo varios años de enseñanza y chos de práctica en las Artes Marciales, con ellos he comprobado la fragilidad de asistencia por parte del alumnado en las clases y entrenamientos. Cualquier causa parece anteponerse y romper a la llamada del entrenamiento. A mí, particularmente, me van extrañando cada vez menos los comportamientos humanos y, éste, al que me refiero ahora, no va a ser menos, pero lo que no voy a negar en este asunto, es la gran capacidad de imaginación que le echan algunos para autojustificar su decisión o justificar su ausencia, excusas incluso, que llegan a creerse por quienes las maquinan y que a mi modo de ver las cosas, no pasan de ser excusas, y ahí va el cuento. Después vosotros mismos al reflexionar sobre estas cuestiones, sois quienes juzgareis si existen o no, razones para faltar al Dojo o Gimnasio, y si sois padres quienes leeis este artículo, tomar nota de cuanto se dice, que a lo mejor mañana…

 

El asunto es así de sencillo, cuando el clima está lluvioso, oigo decir a padres, practicantes, adultos y profesores, quejarse. Quejarse a causa del absentismo a las clases, «con este tiempo como van a salir de sus casas». Los padres argullen de que sus hijos se mojan y pueden acatarrarse, los adultos explican, que con días así, no les apetece, los profesores se quejan por la cantidad de ausencias, nadie está contento. Cuando hace frío, sucede lo mismo, las ausencias son lo más notable ¿Pero es suficiente razón? Y me hago esta pregunta por varias razones. La primera, ¿Los niños dejan de ir a la escuela cuando llueve? De ser enfermiza la lluvia, faltarán igualmente los alumnos a los institutos y universidad. Acaso, cuando padecemos del frío invierno, se falta a la enseñanza ¿Es posible, que la lluvia o el frío de las mañanas sea benévolo y enfermizo a la hora de ir al gimnasio? Pues bien, por el número de asistencias a unas y ausencia a otras, no deben ser iguales. Lo curioso es que los mismos que faltan al Gimnasio se les encuentra uno por la calle, en el patio del colegio, en el jardín de casa, precisamente a esas mismas horas, y los no tan chavales, tomando alguna cosa, pero ya hemos mencionado que, la lluvia, el frío, y lo que sea, es diferente cuando se dispone de salir hacia los gimnasios, son simplemente, diferentes.

 

Por lo que deduzco, no habría que ir a por pan, ni por el periódico, ni por comida, ni a trabajar, ni a visitar a nadie, todos enclaustrados mientras dure el mal tiempo, y, efectivamente, esto tendría razón de ser cuando se padece de una climatología muy adversa o durante una ola borrascosa importante, pero no simplemente porque llueva o haga frío con normalidad en su tiempo. para eso están los paraguas y las ropas de abrigo. Acaso se para el mundo y la vida por estas circunstancias. Pienso que es algo normal que durante las cuatro estaciones, se pase por distintas climatologías , es algo que no debe de sustar a nadie, simplemente es NATURAL.

 

Algunos pueden contestar, que el gimnasio no es tan necesario como el resto de las otras cosas, y entonces les preguntaría si conocen alguno de los beneficios que se obtienen practicando con asiduidad, las Artes Marciales, tanto a nivel físico y psíquico, por que es posible, que no sepan porqué mandan a sus hijos al Dojo o por qué practican Artes Marciales los no niños.

 

Volviendo a la climatología y, aceptando que resulta desagradable para todos, un timpo desapacible y que en cierta menera, algo de razón puede existir en las ausencias y que algunas veces se justifican inclusive solas, pasemos al clima veraniego. Cualquiera que está en estos momentos leyendo estas líneas y que no practique ningún arte Marcial o Deporte pensará: «ahora si que no tienen excusa, no faltarán». Pues nada más lejos de la realidad. Resulta curioso que con la carencia del llamado «mal tiempo», las actividades tendrían tendrían que reestablecerse, pues no. Nuevamente las excusas aparecen: «es que con este calor no apetece entrenar. Me voy a la piscina. Hasta septiembre no vuelvo. Se está mejor en una terraza, etc.» Lo cierto es que en algo sí que estoy de acuerdo, pero va a llegar el momento en que nunca va a existir un día apropiado, una temperatura apropiada, una hora apropiada, un gimnasio apropiado, una actividad apropiada, … y pienso una otra vez, que son sólo eso: «EXCUSAS», que intentan justificar nuestra falta de ánimo, nuestro interés. Después, cuando los resultados no aparecen, seguramente hecharán la culpa a los componentes del Tribunal de Grados (cuando el exámen es para alcanzar un Dan), a los árbitros o jueces (en competición), o al profesor (a éste por cualquier cosa, pues en él recaen todas las culpas muchas veces, aunque nosotros seamos la causa), menos a nuestra inconstancia, falta de voluntad, dedicación necesaria cargados de comodidad. Yo creo que a esta serie de sujetos las suele mover un interés de tipo «Delicado», es decir, buscan encontrar unas mejoras muy rápidas con el mínimo esfuerzo, adelgazamientos rápidos, no cansarse mucho, en lo tocante a los cambios de cinturón, a ser posible cada mes uno y de mayor grado, etc … o por otras causas que pueden venir motivadas por la misma actividad, pues quizás según el enfoque del profesor y lo que quiere el alumno existen diferencias insalvables en algunos casos y hace que el alumno torne más o menos interés, pero en cualquier caso, en la generalidad, por experiencia propia y ajena, en los comentarios vertidos entre profesores de distintos gimnasios y actividades, la causa parece ser otra.

 

Es muy importante establecer un diálogo por el posible alumno, previo a la inscripción, para aclarar ambos lo que se quiere y lo que se da. Por ejemplo, si alguien desea aprender Artes Marciales Tradicionales y el gimnasio es de corte deportivo, es mejor aconsejarle que se vaya a otro y viceversa. Con este ejemplo, podemos hacer lo mismo con cualquier otra actividad, así no hay lugar a dudas ni errores. Otras veces cuando se topa con alumnos veleta, que no saben que hacer ni lo que quieren, pienso que es positivo mantener una conversación con ellos, para ayudarles a que decidan. Y aunque no sea comercial, algunas veces es mejor pasar de ciertos elementos que nos roban tiempo y encima critican negativamente cualquier labor, porque los hay conflictivos. No olvidemos a los padres, estos tienen un papel muy importante. Hay de todo, desde aquellos educados y predispuestos positivamente, que saben valorar los esfuerzos, hasta quienes están vigilando si le sonríes a su hijo igual que al niño del vecino, le haces una caricia como al de al lado y cosas así, o la de aquellos que creen que su hijo es un campeón, que hay que tener un trato especial con él, que es el mejor, y a veces no lo es, y si es así, tampoco es para tanto. De esto que comento, los profesionales de la enseñanza saben mucho, como mucho es lo que a veces hay que aguantar, o eludir.