Ninja de Iga y Koga
Ninja de Iga y Koga

Ninja de Iga y Koga

Por Eric Gates – Shidoshi-Togakure Ryu Ninjutsu – Centro Cultural Japonés Tora

Los ninja de Iga y Koga

Para cualquier estudiante de Ninjutsu los nombres de las provincias de Iga y Koga conjuran imágenes de clanes de practicantes del arte de las sombras, escondidos entre las montañas, defendiéndose antes los insistentes intentos de Oda Nobunaga de eliminarles para siempre. Los dos lugares citados se pueden considerar la cuna del Ninjutsu, aunque cabe destacar que no fueron los únicos lugares donde los shinobi brotaban, como se verá en el siguiente artículo.

¿Por qué Iga y Koga? Para entender la respuesta hemos de estudiar un poco de geografía histórica. La provincia de Iga (hoy la parte noroeste de la Prefectura de Mie) está casi completamente rodeado por montañas altas. Los picos forman su frontera natural exceptuando una parte en el norte donde la frontera se comparte con el área conocida como Omi de la parte sur de la provincia de Koga (hoy parte de la Prefectura de Shiga). En los valles y llanuras que se encuentran en ambas provincias se encontraron muchos pueblos pequeños que, aislados del resto del Japón por las montañas, cobijaron esta contra-cultura que era el ninjutsu.

Asimismo Iga y Koga tenían una situación estratégica con respecto a otros factores. Se encontraban emplazados en un área estrecha entre el Lago Biwa y la Bahia de Owari. Emplazada en la boca del Lago Biwa está Kyoto, en aquel entonces capital de Japón, y desde donde partió una carretera que le unía con Edo (moderno Tokyo) al este. En Kusatsu la carretera se dividía: una parte, conocida como el Nakasendo, pasaba por las montañas en su camino tierra adentro hacia Edo. La otra parte, la mundialmente famosa carretera de Tokaido, pasaba por el norte del área de Iga y Koga (el Paso de Suzuka) antes de seguir la costa hasta volver a unirse al Nakasendo cerca de Edo. Estas carreteras eran reconocias en parte por los bandidos y piratas que allí acechaban para desvalijar a los viajeros. Según muchas referencias históricas, algunos de estos bandidos eran conocedores de los secretos de shinobi, el más famoso caso fue Ishikawa Goemon.

Para preservar sus vidas, la identidad de los shinobi debía ser sujeta al más estricto secretismo, y para facilitar este último se adoptaron una estructura en las familias o clanes ninja, diseñada para reducir al máximo los contactos con «el exterior» incluso hasta limitar el conocimiento dentro de la propia familia sobre quienes eran los cabecillas. La estructura básicamente consistía en tres niveles en cada familia. La cabeza de la familia llamado Jonin (o persona alta) tomaba las decisiones sobre quienes iban a ayudar y a qué precio; cuántos shinobi iba a asignar a las misiones; etc. También era el que manejaba una red muy extensa de informadores, para estar al tanto de todo lo que ocurría en el territorio donde operaba que pudiera tener alguna utilidad o proporcionar una ventaja más para sus shinobi. Así el Jonin era el único con una visión global de los acontecimientos y el papel que tomaba su shinobi en ellos. El nivel siguiente, los Chunin (personas medias), se ocupaban de la organización de las operaciones que el Jonin había aprobado. Este grupo reducido de personas, que conocieron la identidad del Jonin, también sabían cuáles de los shinobi había que asignar a cada misión en función de las habilidades específicas de cada uno. Sus puntos fuertes eran su capacidad de planificaciín y conocimientos de la estrategia y táctica. El tercer nivel (Genin o personas bajas) tomaban sus órdenes de los Chunin, y así preservaban la identidad del Jonin. Sus responsabilidades eran la ejecución de los planes desarrollados por el Chunin. El secretismo era tanto que eran prácticas comunes emplear por separado varios Genin en una misma misión para asegurar que no había traidores, o para que varios pequeños grupos de Chunin y Genin trabajaran por el mismo Jonin sin saberlo. Así que reflejado en esta estructura a tres niveles se encuentra el sistema de «cédulas» empleado hasta hoy en día en las redes de espionaje o en algunas organizaciones criminales como la Yakuza japonesa o La Cosa Nostra (Mafia) Siciliana.

Una de las estrategias que los Chunin desarrollaban y empleaban a menudo era conocida como Ten Chin Jin. El principio de Ten (el Cielo) se reflejaba en una preocupación por el momento cuando actuaban los Genin. Un buen momento para penetrar en un campamento, por ejemplo era cuando el enemigo estaba ocupado en otras tareas, como comer, dormir, buscando comida, o luchando. El estudio de las condiciones atmosféricas también formaba parte del Ten. Durante las tormentas o niebla densa la percepción visual y aural se ven muy afectadas, así que un ataque en este momento era muy propicio. Aquí otra vez se reflejan las enseñanzas de Shonshi (el libro de origen chino escrito por Sun Tzu – ver anterior artículo de esta serie). El Chi (o principio de la Tierra) se manifestaba en la elección del método y lugar de penetración del campamento enemigo. Para seguir con el ejemplo. Un lugar mal iluminado, o muy concurrido podrían servir para sus propósitos según la naturaleza de su misión. Al igual que a los medios de infiltración, los Chunin prestaban mucha atención a sus rutas de escape. Los disfraces, técnicas de natación-subacuática, métodos de escalada etc. formaban parte del Chi. El Jin (o principio del Hombre) se trataba de la manipulación del elemento humano. Una exquisita aplicación de psicología humana práctica, el Jin se manifestaba en el uso de la distracción, imitación de ruidos naturales, la observación de las costumbres habituales de los guardias, etc.

Antes de proseguir y ver algunos ejemplos de la aplicación de Ten Chi Hin, hay que hablar primero de un acontecimiento que tuvo un impacto fuerte en la sociedad japonesa y especialmente en los shinobi. Aunque hay referencias al uso de shinobi durante la etapa anterior a 1467 d.c., y especialmente al uso de tácticas de combate no convencionales por parte de tropas compuestas o apoyadas por shinobi como en el caso del apoyo prestado a la Corte Sur de Yoshino por un «ejército» de ninja (1331-33 d.c.) o las unidades ninja en los ejércitos de Nawa, Kusunoki y Kitabatake (1334-35 d.c.), no fue hasta la Guerra de Onin (1467-77 d.c.), y después cuando el ninjutsu alcanzó su apogeo.

La Guerra de Onin empezó por una disputa sobre el puesto de Shogun (o dictador militar) entre miembros de la familia Ashikaga que ostentaba el poder en aquel entonces. La guerra duró diez años y al final Ashikaga Yoshihisa ascendió al puesto de Shogun a la edad de nueve (!!) años. El poder militar del Shogun estaba muy decaído a raíz de la Guerra y Yoshihisa y su padre, Yoshimasa, buscaban una oportunidad para volver a establecer su dominio. En 1487 se les presentó aquella oportunidad cuando el Shugo (gobernador provincial) de Omi, Rokkaku Takayori, empezó a tomar por sí mismo los terrenos pertenecientes a unos 46 terratenientes de la zona. Esta práctica no era nada inusual. Los Shugo, nombrados por el Shogun, se aprovechaban del caos que reinaba durante la Guerra de Onin para hacer caso omiso de sus obligaciones al Shogun. Habían incluso adoptado un nombre para subrayar su poder real, Daimyo o Nombres Grandes. Constantemente había pequeñas guerras entre ellos con el fin de agrandar lo que ellos consideraban como su territorio personal. Esta etapa se prolongó desde 1480 hasta 1600, y dio lugar a un nombre para este período histórico -Sengoku-Jidai o La Edad del País en Guerra. El joven Shogun, sin embargo, dijo basta, y decidió montar una expedición en contra de Rokkaku Takayori, atacándole en su castillo de Kannon-ji en Omi. Desafortunadamente la salud del Shogun era débil, y tuvo que desistir de su propósito, retirándose a Kyoto donde murió a causa de una enfermedad. Su primo, Yoshitane, le sucedió como Shogun, y en 1491 volvió a atacar a Rokkaku.

En el libro Nochi Kagami, de la familia Muromachi, se encuentra una referencia de los eventos del asedio del castillo de Rokkaku por Yoshihisa desde su campamento en Magari. Tal como nos lo cita Sugiyama en su libro «Nihon no Rekishi 11 Sengoku Daimyo».

«Tratándose de ninja, se dicen que eran de Iga y Koga, y entraban libremente dentro de los castillos enemigos en secreto. Observaban cosas a escondidas, y les tomaban como aliados. En las Tierras del Oeste (China) les llamaban saisaku. Los estrategas les llamaban kagimono-hiki…

… Dentro del campamento en Magari del Shogun Yoshihisa habían shinobi cuyos nombres eran famosos por todo el país. Cuando Yoshihisa atacó Rokkaku Takayori, la familia de Kawai Asi-no-kami de Iga, quien le sirvió en Magari, ganó mucho mérito como shinobi delante del gran ejército del Shogun. Desde entonces se ha admirado a generaciones sucesivas de hombres de Iga. Esto es el origen de la fama de los hombres de Iga.»

Unos años más tarde los «hombres de Iga» vuelven a ser notados. En una agenda mantenida con el abad Eishun perteneciente al gran monasterio de Kofuku-ji en Nara, se encuentra la siguiente referencia al uso de shinobi contra el castillo del daimyo Kizawa Nagamasa:

«El shu (unidad o banda) de Iga entró en el castillo sigilosamente e incendiaron algunos de los alojamientos de los monjes. También prendieron fuego a algunas de las dependencias en varios lugares dentro del San no Maru (tercer anillo defensivo). Capturaron el Ichi no Maru y el Ni no Maru (primer y segundo anillo defensivo).»

En estos dos ejemplos se puede percibir el uso en la práctica de los dictámenes de Sun Tzu, especialmente de los últimos dos capítulos de su libro (ver el anterior artículo).

Como se ha dicho antes, el Jonin decidía para quien trabajaban los shinobi y de lo que se deduce los intereses de las familias ninja cambiaban casi tanto como el viento. El nieto de Rokkaku Takayori, Rokkaku Yoshikata, recurrió a los «hombres de Iga», esta vez ayudados por algunos de sus vecinos de Koga, para penetrar el castillo de un seguidor suyo, un tal Dodo. Yoshikata empleó los servicios de 44 Shinobi de Iga y 4 de Koga, encabezados por Igasaki Doshun. Doshun usó una técnica llamada Bakemono-jutsu (técnica del fantasma) para entrar en el castillo. Robó una de las linternas de papel (chochin) que llevaba el mon o escudo de familia de Dodo. Los ninja construyeron unas cuantas copias y entraron, alzando las linternas en alto, andando tranquilamente por la puerta principal del castillo. Entonces empezaron a prender fuego al castillo. El ejército de Dodo pensó que había traidores entre ellos, y pronto el pánico y confusión hizo presa de todos. En este preciso momento Rokkaku Yoshikata ordenó a su ejército atacar y vencieron.

Para colmo, menos de dos años más tarde, en 1561, la familia Asai usó otro shu de ninjas de Iga para retomar el castillo de Futo (ahora Maibara) en manos del mismo Rokkaku Yoshikata. Eran tres ninja, Shima Wakasa no kami, Iwako Chikuzen no kami y Kanda Shurito, quienes atacaron el castillo por la noche y lo incendiaron previo al ataque definitivo de las tropas convencionales.

Como se puede ver los shinobi de Iga y Koga eran muy activos. En su apogeo en Iga había 45 familias de las cuales las principales incluyeron: Fujiwara, Minamoto, Taira, Momochi, Hattori, Togakure, Ise, Iga, Toda e Ishitani. En Koga había 53 familias cuyas principales incluyeron: Mochizuki, Ugai, Naiki, Akutagawa y Koga.

Pero, había más ninja en otros lugares…

 

 

(continuará…)