Pasado reciente rumbo futuro
Pasado reciente rumbo futuro

Pasado reciente rumbo futuro

 

Por Juan Antonio Quirós Martínez

PASADO RECIENTE RUMBO FUTURO

Tras las vacaciones y los días de máxima temperatura que trajeron los meses de Julio y Agosto, van llegando las tostadas carnes, que tan gozosamente se asaron y sufrieron con gusto los rigores del calor, a tomar la actividad, temporalmene olvidada.

 

Atrás quedan recuerdos de hechos, palabras, deseos…, en definitiva, de imágenes que a buen seguro tardarán en desaparecer de nuestra memoria: «Esa persona que se conoció en la playa, en la montaña, o en la escapada que hiciste aquel día de tu lugar habitual de residencia. Esa persona que nos cautivó con su sonrisa, con su mirada; o aquella otra de la que nos atrajo un no sé qué. Donde los dos con cierta ingenuidad, tratábamos de hacer coincidir nuestras miradas buscando entre medias de los cuerpos que por allí pululaban».

 

Seguramente, cierta nostalgia nos embargará a la vuelta de las vacaciones. Cierto sentimiento de que algo acabó, y es que Naturaleza cambia y tales variaciones irremisiblemente nos afectan. La Maravilla opera y nosotros, conscientes o no, somos arrastrados. El verano nos trae el calor a la piel, y quizás también al corazón. Sin saber por qué, su hechizo nos embriaga. Es tanto el esplendor de la Naturaleza, tal el torrente de luz que nos llega del sol, que parece imprimirnos la necesidad de divertirnos, de viajar, de amar, y tambien de la aventura.

 

Después de la época estival la Naturaleza, que es muy sabia, produce una modificación. Del esplendor pasa, sin apenas notarse, a cierto recogimiento y fase de espera o reflexión donde poder madurar, reconocer o asimilar lo que ocurrió y lo que vamos a hacer. Es en este punto donde nos encontramos ahora, donde aquella melodía vuelve a sonar en nuestro cerebro, donde aquel paisaje cautivador resurge, donde aquel arroyo de transparentes y frescas aguas discurre salpicando dentro de nuestro ser, donde las olas, el azul del mar y del cielo y la brisa de nuevo nos envuelve, se repite ese perfume, esas estrellas…

 

Por desventura hay quienes no han podido disfrutar de esos días de expansión. Fuerzas imperiosas los han retenido (el trabajo, la salud, etc.) Aún así quizás hayan tenido ocasión de saborear el embrujo de un paseo nocturno en solitario, visitar un museo o, simplemente, relajarse dejando volar la imaginación en una de esas tan apreciadas terrazas tomando una refrescante bebida.

 

Quienes ni siquiera hayan podido disfrutar de esto, desde aquí todos nosotros, lectores y colaboradores de Zanshin, les mandamos un cariñoso y alentador saludo, con el deseo de que se cumpla para todos un tiempo de esparcimiento donde olvidar momentáneamente los problemas y poder retomarlos más adelante con otra visión. Esperemos que en un futuro próximo todo se arregle, las tormentas amainen y dispongan de un tiempo de asueto. Os lo deseamos.

 

La Naturaleza muta su energía. Trayéndonos los primeros destellos del otoño y, para todos nosotros, una cierta melancolía del cercano pasado estival. Una nota romántica acapara nuestro corazón, como si algo se hubiera perdido o se fuera a perder. Una carta, una postal, una llamada nos transporta al pasado reciente. Como subidos en una noria cuya cubeta nos transportó hacia lo más alto, comenzamos ahora el descenso. No os entristezcáis. Este decaer no significa que se acaben los sueños, las cosas agradables. La energía que nos hizo expansionarnos e ir hacia el exterior nos invita ahora a florecer en el interior, a penetrar hacia nuestro Ser. La energía Yang que predominó se transforma en energía Yin. Nos llama a la meditación, a sentirnos, a contabilizar lo que se hizo y lo que no, en definitiva, a conocernos. Es por esto que ahora también vivimos un momento de esplendor, sí; pero hacia el recogimiento, cuya máxima manifestación se hará efectiva en invierno que, aunque queda lejos, se acerca inexorable, y lo sabemos. Simplemente la Naturaleza cambió la dirección de la energía.

 

Ahora es el momento de indagar, de buscar por los qués. ¿Por qué practico Artes Marciales? ¿Adónde me llevan? ¿Sigo un rumbo o no sé adónde voy? ¿Qué busco a todos los niveles, profesionalmente, en las Artes Marciales, en los estudios…? ¿Qué meta voy a proponerme? ¿Seguiré ciego o me atreveré a abrir los ojos? ¿Cuál es la misión de las Artes Marciales? ¿Es acaso acabar con el enemigo? Si la respuesta fuese afirmativa, ¿dónde se encuentra mi enemigo? Si tengo que luchar, ¿por qué lo haré, por defender a la Humanidad, a la Naturaleza? ¿Mi esfuerzo lo dedicaré a defender los intereses codiciosos de alguien en particular? ¿Combatiré por mantener mi estatus económico y de poder? ¿Seguiré siendo un egoísta en mi esfuerzo? ¿Seguiré riendo las sosas bromas de los poderosos? ¿Me dejaré domesticar nuevamente o seré yo por encima de todo?

 

Os conmino a que en estos comienzos de temporada, donde llegáis frescos, toméis rumbo al horizonte de lo Bueno, lo Justo, lo Verdadero, con alegría y entusiasmo; haciendo realidad los sueños e ideales que como humanos debemos tener y fomentar. Que nadie te tape la boca. Que nadie logre enmudecer tus sentimientos. Que nadie te robe tu dignidad, tu sensibilidad. Ten un sueño, un ideal al que seguir y permanecerás vivo. No seas un comparsa ni un títere.

 

Así pues yo os aliento a que tengáis una finalidad en vuestros entrenamientos, que seáis «artistas» que practicáis «Arte», que seáis creativos y comuniquéis en vuestro Arte lo que cada uno es. Abandonad la idea «zombi», donde los alumnos entrenan sin conciencia, sin conocimiento, sin saber por qué ni para qué, y lo peor, sin preguntárselo, simplemente trabajando como mucho su cuerpo. Ese camino no tiene salida. Sed «discípulos», «practicad» y «desarrollad» vuestro Ser. Sed libres. Abandonad la mediocridad. Por encima de cualquier otra cosa buscad el camino y andad hacia adelante, siempre adelante, siempre hacia arriba.

 

En este volver a empezar de cada año, os invitamos a conseguir la mejor meta y a realizar el más fascinante de los viajes: Una expedición hacia nuestro interior, en busca de nuestra verdadera identidad.