En las Artes Marciales – 1ª Parte
En las Artes Marciales – 1ª Parte

En las Artes Marciales – 1ª Parte

 
AMANDO MI DEPORTE
¿QUÉ TENEMOS?
 
¿QUÉ NOS SOBRA?
 
¿QUÉ NOS FALTA?
 

No trato de entrometerme en los asuntos de nadie, ni criticar a ninguna agrupación, asociación o federación, ni siquiera a personas concretas. Que nadie en concreto se de por aludido. Voy a favor de todas las Artes Marciales Tradicionales y deportes surgidos de ellas, y perdónenme si mis críticas afectan a alguien que se lo merece. Algunas anomalías, vicios, decisiones y forma de actuar de todos los componentes de una entidad hay que tratar de que sean positivos y que la mayor parte se sienta respaldada y bien tratada. De no ser así, esto se convierte, como en el cáncer, en una enfermedad que se origina y te destruye desde dentro. ¡¡¡De quienes si estoy en contra es de los farsantes, timadores y de los que se aprovechan de las Artes Marciales Tradicionales para alimentar su ego o para llenarse los bolsillos dejando las arcas de sus entidades vacías!!!

 

INTRODUCCIÓN

Nota: la entradilla de este artículo forma parte de la propia introducción.

Quiero exponer, bajo mi punto de vista, unas cuestiones que están haciendo daño desde hace tiempo a las Artes Marciales, y por lo que veo, creo que sucede lo mismo en otros tipos de actividades, perjudicando a los practicantes de a pie, a nuestros alumnos y clientes

 

Alumnos y clientes, a quienes solo se les recuerda en el momento de los pagos o de hacer masa y aplaudir en los eventos (y no en cómo ayudarles a mejorar y a que encuentren más facilidades en la consecución de sus habilidades y conocimientos de su actividad).

– En todaslas formas legales que reúnen a personas con un fin concreto, sus dirigentes tienen que mantener una idea en sus cabezas durante todo el tiempo de su mandato… ¡Que están para servir a sus afiliados, no para que sus afiliados sirvan a los mandatarios!

– Que los cargos y el poder son para aportar impulsos, reformas y mejorar lo hecho hasta ese momento y no para aferrarse a la butaca con afanes comerciales y poco nobles.

Esta exposición trata de hacer la luz en algunos, no todos, los vicios en que se cae con el tiempo en dichas entidades y en sus afiliados, olvidándose del fin para el que fueron pensados.

– Que nadie se sienta molesto cuando se exponen los aspectos negativos, porque al ser conscientes de ellos es cuando se pueden arreglar las cosas y todos queremos que vayan a mejor ¿o no?

– No solo se expone lo negativo, también se habla de lo positivo y aunque de lo positivo ya se encargan de su divulgación, no está de más reconocer la labor y el beneficio que intentan la gran mayoría de entidades.

La siguiente y sucesivas exposiciones críticas que irán apareciendo en esta revista en las consiguientes partes de este largo artículo, tienen como fin reconocer los defectos o fallos y, al mismo tiempo, aportar soluciones generales.

 

Competencia desleal

Cuando unos aficionados o practicantes de una modalidad deportiva tratan de que su actividad se promocione, de darla a conocer, empiezan a impartir clases con sólo tres o cuatro alumnos, invitan gratuitamente a cuantos le rodean y ofrecen clases gratuitas a quienes se interesan o preguntan de qué se trata.

Realizan exhibiciones en fiestas, locales, discotecas, polideportivos, etc, participan gratuítamente en eventos deportivos exponiendo su actividad hasta lograr que por fin aquello comience a funcionar.

Tras estos arduos esfuerzos, sin recibir la atención ni ayuda de «nadie», algunos de sus miembros deciden alquilar o adquirir un local para su enseñanza y, así, se amplía el número de sus practicantes.

Pues bien, cuando este número se hace interesante, sin esfuerzo alguno, sin costo, sin riesgo, aprovechándose del esfuerzo, del dinero y de la ilusión de quienes lo iniciaron, llega el todopoderoso Ayuntamiento, y para lograr el beneplácito y los votos de su jurisdicción, decide «para el bien del pueblo» -entiendase: «beneficio propio»- que esa actividad que otros han conseguido que tenga auge, se enseñe en los polideportivos pero, eso sí, a precios muchísimo más bajos que los que cobran en otros establecimientos donde se ha logrado hacer popular y donde se vive de ello.

Este alarde de inteligencia, de benevolencia y de justicia política podría bien emplearse en vender la carne, el pescado, el calzado o la ropa a mitad de precio. ¡¡¡ Eso sí que sería un beneficio real para el pueblo, pero claro, esto significaría enfrentarse con un gran número de comerciantes y de poderes económicos, y no interesa, es más rentable y hace menos ruido perjudicar a los más débiles y a los menos numerosos !!!

Fastidiar a 500 gimnasios significa perder 1000 o 2000 votos, cuando con uno sólo de sus múltiples polideportivos obtienen unos 3000 votos. La cosa está clara.

Después lo venden, lo visten, o mejor dicho, lo disfrazan de cara a la sociedad como… «Bien cultural, de que todo el mundo tiene derecho a » … «lo hacemos para favorecer a las clases menos pudientes»…

Mientras tanto, a toda la gente de a pie que se ha hipotecado, han invertido todos sus ahorros, esfuerzos e ilusiones en un gimnasio o club pequeño y tienen una familia a su cargo ¡que les den por el …!

¿Acaso lo que pretenden desde los Ayuntamientos es que los Gimnasios o Clubes modestos cerremos y quedarse ellos y los macro gimnasios con el monopolio del deporte?

Para favorecer a los más necesitados ¿no estaría mejor la apuesta anterior de abaratar los productos de primera necesidad o la vivienda?

El caso es que se nos engaña, y encima les tenemos que aplaudir y darles las gracias, y eso ya es pedir mucho.

¿Porqué los polideportivos no se obliga a los clientes a presentar la declaración de la renta, y siguiendo un baremo objetivo, se abone una cuota justa en relación a sus ingresos?

Yo creo que los socios de los polideportivos que van a entrenar en Mercedes, Audi o BMW, no están pasando hambre precisamente, y sin embargo, pagan unos precios irrisorios en comparación a su nivel económico.

Por otro lado, cuando una actividad ya está presente en Gimnasios o Clubes, ¡que busquen o promocionen otra! o ¡que las subvencionen!…

… Es decir, que el Ayuntamiento pague al Gimnasio o deportista el precio que tendría esa actividad en el polideportivo y el deportista pague la diferencia para llegar a la cuota del Gimnasio o Dojo.

De las clases en los colegios, institutos, etc. ya no voy a hablar, pero se está haciendo mucho daño a las Academias, Gimnasios, Clubes y Escuelas de Danza con las actividades extraescolares a precios irrisorios, que tratan de ser una especie de guardería barata para que los niños estén el mayor tiempo distraídos fuera de casa…

… Sin importar la calidad de su enseñanza, porque si en las APA o a los mismos padres les interesa la calidad, contratarían a profesores de cierto nivel, y esto supone que no se puede pagar lo mismo a un profesional que a un estudiante.

El estudiante lo que necesita es un dinero para cubrir sus gastos y seguir con sus estudios.

El profesional se dedica a su actividad como profesión, es su trabajo y su medio de ingresos con la que vivir como cualquier otro trabajador.

A esta explotación de alumnos y de las infraestructuras de los centros de enseñanza por parte de las Asociaciones de Padres de Alumnos, algún día habrá que regularlo.